miércoles, 29 de julio de 2009
La hurí
Y curiosamente para una sociedad tan machista como la árabe, las mujeres también tenían una recompensa equivalente, hombres eternamente célibes y de belleza inigualable, que se llamaban ghilmanes, aunque no se entraba en tanto detalle en cuanto a ellos que con las huríes.
miércoles, 22 de julio de 2009
El tantra
Esto no significa, de ninguna forma, que la práctica del tantra sexual - o neotantra, que es su nombre correcto - sea perjudicial, ni mucho menos. Realmente uno puede alcanzar niveles muy altos de conocimiento de la pareja y de uno mismo por medio de estos ejercicios, aunque lo importante sería no perder de vista que se trata sólo de una parte de una disciplina mucho más compleja de la que nos han presentado.
martes, 14 de julio de 2009
El súcubo
miércoles, 8 de julio de 2009
La hieródula
De acuerdo a la creencia mesopotámica, todas las formas de fertilidad estaban interrelacionadas, por lo que el sexo, realizado correctamente y en forma ritual, aseguraba buenas cosechas y rebaños fuertes. Por ello, los fieles que acudían a adorar a Ishtar usualmente tenían que tener contacto sexual con las sacerdotisas, aunque había todo un proceso y ritual que separaba esa cópula sagrada de la destinada al placer. De esa forma, se aseguraba que la deidad tuviera la adoración que merecía.
Dado que el piel debía de dejar un tributo al templo tras del ritual, las hieródulas han sido llamadas - incorrectamente - como prostitutas sagradas. En realidad, ellas no cobraban por la cópula como tal, y si bien existía el placer, pues era parte importante de la ceremonia, ese no era el fin último, sino simplemente un reflejo de la relación mística entre todas las formas de creación de vida. Estas mujeres, por su misma condición, eran tenidas en gran estima y respeto. Sólo aquellas de probada integridad, belleza e inteligencia eran aceptadas, aunque anualmente eran cientos las que trataban de ser admitidas. El entrenamiento se iniciaba desde muy temprana edad, pero sólo participaban en las ceremonias sexuales a partir de su primera menstruación, que se consideraba como la señal de que estaban listas. Muchos de los detalles de su vida, las características exactas de los ritos y los posibles hijos engendrados por tales prácticas se han perdido en los tiempos.
viernes, 3 de julio de 2009
Los ch’giga
Estos libros eran conocidos como Ch’giga, que bien podían traducirse como libros de almohada o de novia, como mencionamos anteriormente. El término libro, en si, no es muy preciso, pues no se trataba de ejemplares encuadernados. Dado que se trataban de piezas artísticas, cada uno de ellos eran distintos, aunque con un mismo objetivo. Algunos eran sobres de seda y papel finamente decorados, en donde se guardaban los grabados de forma suelta. Otros podían encontrarse como rollos, o incluso en una suerte de carpetas, en donde cada grabado estaba atado con cintas de seda, cubiertos por tapas de madera laqueada. Aunque existían algunos muy parecidos unos otros, la gran mayoría de ellos son piezas únicas.
Los Ch’giga de tiempos de los Chou eran acuarelas o dibujos realizados de forma independiente, coloreados a mano y con un cuidado enorme en cuanto a la estética. Anatómicamente, no eran especialmente precisos, aunque esto era más bien por la conceptualización artística de la época que por defectos de elaboración. Las piezas tenían un especial cuidado en el dibujo de los paisajes, habitaciones, vestuario y, en general, todos los detalles alrededor de la pareja representada. Sin embargo, dado que eran principalmente instructivos, no se detenían tampoco en representar el acto sexual en toda su extensión, permitiendo que quienes lo vieran pudiesen ensayar cada una de las posturas, prácticas y técnicas. De la misma forma, los mismos incluían poemas eróticos o pequeños textos, pensados más bien para crear el ambiente que como verdaderos manuales.
Al inicio de la Dinastía Han (230 aprox.) con la popularización del grabado comenzaron a aparecer los primeros Ch’gigas “populares”, ya con formas menos elaboradas, pero que aún así conservaban mucho del valor estético de los anteriores. Por primera vez, estos libros estaban al alcance de personas no tan acaudaladas, lo que provocó un verdadero auge. Esta situación ha hecho pensar a muchos, erróneamente, que esta práctica se inició en la época Han, lo cual no es exactamente correcto. Otro cambio importante fue el hecho de que los Ch’gigas dejaron de ser materiales exclusivamente sexuales, sino que comenzaron a tener otro tipo de contenidos.