El intento de una humilde trabajadora sexual de recuperar el perdido arte del placer y el refinamiento en un mundo hambriento de significados.
martes, 30 de junio de 2009
La odalisca
Como mencionamos en la entrada sobre el harem, en estas secciones del palacio no podían entrar hombres, por lo que la servidumbre era muy importante. Para ello, existían esclavas llamadas odaliscas, que cumplían todo tipo de funciones, desde limpieza, arreglos de la casa, vestuario o entretenimiento. Usualmente, la vida de estas mujeres era monótona y sin futuro, pues estaban condenadas a envejecer y morir realizando estas labores. Sin embargo, muchas de ellas encontraron una salida: En caso de que alguna de ellas llegara a quedar embarazada del señor del palacio, automáticamente era elevada al nivel de concubina, lo que les daba más privilegios. Por ello, las odaliscas solían convertirse en seductoras autodidactas, buscando esta oportunidad para mejorar su nivel de vida. De hecho, la fama con la que se les conoce actualmente, de consumadas bailarinas y expertas seductoras, no era su función verdadera, sino parte de ese intento por "ascender".
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