De acuerdo a la antigua tradición erótica hindú, todo ser humano, para llegar a su realización como persona, tenía que cumplir cuatro metas, llamadas las pushura artha. De acuerdo a esta filosofía, el individuo requiere de un equilibrio para alcanzar la felicidad, y eso sólo se conseguía cultivando los cuatro aspectos del yo.
Dharma: La religiosidad y el comportamiento moral. Este aspecto abarca la religión, el cultivar las virtudes y el obrar correctamente hacia los demás. Es también el aspecto del placer estético y artístico.
Artha: Los placeres materiales. Abarca desde la necesidades básicas como la comida, la habitación y la ropa, aunque permite la búsqueda del lujo, siempre y cuando no entre en conflicto con los demás pushuras.
Kama: El placer sensual. Aquí se contemplaba no solo el sexo, sino el romance, la compañía, el contacto físico y todo lo relacionado con la relación de pareja.
Moksa: La liberación del dolor y la penuria, en donde englobaban la salud tanto física como mental, y el buen estado del organismo.
Para el hinduismo, el sexo no sólo no era un pecado, sino lo consideraban necesario para el crecimiento personal. Pero como ellos mismos sostenían, era parte de un todo, no lo único ¿Cómo estás tú en cada uno de tus pushuras?
El intento de una humilde trabajadora sexual de recuperar el perdido arte del placer y el refinamiento en un mundo hambriento de significados.
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